El tratamiento dependerá de la
localización del tumor y del estadio en el que se encuentre.
Entre los tratamientos posibles
se encuentran la cirugía, la quimioterapia, la terapia biológica y la
radioterapia. En función de si el cáncer se encuentra en el colon o en el
recto, se empleará un tipo determinado de tratamiento acorde a las necesidades
del paciente.
Los tratamientos se agrupan en
terapia local y terapia sistémica:
- La terapia local consiste en extirpar o eliminar el cáncer mediante cirugía o radioterapia. De esta forma se puede controlar el cáncer en áreas determinadas del cuerpo.
- La terapia sistémica consiste en la administración de fármacos a través del torrente sanguíneo para destruir y controlar el cáncer por todo el organismo. Estas son la quimioterapia y la terapia biológica.
A menudo estos tipos de
tratamiento provocan efectos secundarios que se podrán ir controlando a medida
que vayan surgiendo, ya que aunque existen una serie de efectos secundarios
comunes, estos también dependerán del tipo y de la extensión del tratamiento,
haciendo que sean diferentes entre una persona u otra. Por esta razón se deberá
informar al paciente antes de iniciar el tratamiento, de los posibles efectos
secundarios que puedan surgir, así como de las medidas para ayudar a
manejarlos.
Intervención quirúrgica
Es el tratamiento más común para
tratar el cáncer colorrectal. Mediante la cirugía se extirpa una parte del
colon o del recto, volviendo a unir las partes sanas. En el caso de que sea
imposible volver a unirlas se procede a realizar una apertura para que salga el
material fecal al exterior (estoma). Por lo general, esta medida suele ser
temporal en la mayoría de los pacientes, salvo en aquellos con un tumor en la
parte inferior del recto, en los que el estoma suele establecerse de forma
permanente. La cirugía puede ser por:
- Colonoscopia. El tumor se extirpa utilizando un colonoscopio. Es método útil para eliminar tumores pequeños.
- Laparoscopia. Se realizan tres o cuatro incisiones en el abdomen por los que se introduce un laparoscopio con el que ver y extirpar el tumor o parte del colon. Esta técnica permite a su vez extirpar ganglios linfáticos cercanos y la exploración exterior del colon.
- Cirugía abierta. Se diferencia de la laparoscopia, en que solo se realiza una incisión de gran tamaño para visualizar el colon sin necesidad de ningún aparato (laparoscopio).
Imagen 1. Resección del colon.
Si quiere conocer más sobre la
ostomía, puede consultar el siguiente enlace, http://www.boloncol.com/boletin-22/paciente-ostomizado.html,
donde encontrará la clasificación, las posibles complicaciones, los
dispositivos para el cuidado, los cuidados de la piel e indicaciones sobre la
dieta.
Imagen 2 y 3. Colostomía.
Quimioterapia
La quimioterapia consiste en la
administración de fármacos anticancerosos en el torrente sanguíneo de modo que
pueda afectar a todas las células cancerígenas del cuerpo.
Por lo general, este tipo de
medicamentos se administran por vía intravenosa, aunque algunos pueden
administrarse por vía oral. Se administran de forma ambulatoria, de modo que el
paciente puede permanecer en su casa sin necesidad de ingresar en el hospital.
Estos fármacos también presentan efectos secundarios en función del tipo de
fármaco y de la dosis, que suelen desaparecer tras finalizar el tratamiento.
Estos efectos secundarios se suelen producir debido al daño de células
normales, entre las que se encuentran más habitualmente:
- Células de la sangre. El daño de estas células provoca el aumento de infecciones, alteraciones de coagulación, debilidad y cansancio.
- Células de las raíces del pelo. Da lugar a la caída del pelo, que aunque vuelve a crecer, es posible que cambie el color y la textura.
- Células del tracto digestivo. Es la causa de la falta de apetito, náuseas y vómitos, diarrea y llagas en la boca y labios.
Vídeo: Consejos para cuidarte durante la quimioterapia.
Radioterapia
Este tipo de tratamiento consiste
en la aplicación de radiaciones ionizantes de alta energía para eliminar las
células tumorales.
La radioterapia tiene un papel
muy importante en el tratamiento de cáncer de recto, mientras que en el cáncer
de colon no suele utilizarse de forma rutinaria, ya que ambos presentan una
evolución diferente. El cáncer de recto suele reaparecer en la misma zona de la
intervención, mientras que las células del cáncer de colon se suelen diseminar
a otros órganos.
En función del momento en el que
se administre, la radioterapia presenta una finalidad diferente:
- Antes de la cirugía: Se realiza para disminuir el tamaño del tumor, reduciendo las probabilidades de que las células puedan diseminarse durante la cirugía.
- Después de la cirugía: Para eliminar las células cancerígenas que no se hayan eliminado tras la intervención.
La radioterapia puede aplicarse
de forma interna o externa:
- Externa. Se emplea una máquina externa (acelerador lineal). Generalmente, los pacientes acuden al hospital cinco días a la semana para recibir el tratamiento con dos días de descanso. Durante el proceso el paciente suele estar boca abajo y debe permanecer quieto en una camilla. La piel se marca con tinta para ayudar a establecer el punto exacto en el que se va a recibir la radiación. Para reducir los efectos secundarios, la dosis se fracciona en varias sesiones que pueden durar desde 5 días a 6 semanas. No es un tratamiento doloroso.
- Interna. Se realiza mediante radiación por implante o braquiterapia, que consiste en la introducción de material radiactivo dentro de un tubo (endoscopio ancho) que se coloca dentro o cerca del tumor. Se emplea en casos muy específicos. El paciente debe permanecer en el hospital y se retirará el implante antes del alta del paciente.
Vídeo: ¿Qué es la radioterapia?
Vídeo: ¿Qué es la braquiterapia?
Los efectos secundarios se
producen en función de la cantidad de radioterapia y de la localización y
suelen desaparecer tras terminar el tratamiento. Cuando la radioterapia se
administra en el abdomen y la pelvis, se suelen producir náuseas, vómitos, diarrea
y de posiciones repentinas en ocasiones con sangre. La piel del área radiada
puede enrojecerse, resecarse y hacerse más sensible.
Se recomienda descansar bastante
durante el periodo en el que se recibe radioterapia, ya que el tratamiento
suele producir mucho cansancio. Aunque también es importante mantener activo
tanto como sea posible.
Terapia biológica
En la terapia biológica se introducen anticuerpos
monoclonales, que se unen a las células cancerosas interfiriendo en su
crecimiento y diseminación. Suelen administrarse junto al tratamiento de
quimioterapia. Los efectos secundarios dependerán del tipo de cuerpo monoclonal
empleado. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran sarpullido,
fiebre, dolor abdominal, vómitos, diarrea, cambios en la presión arterial,
sangrado y problemas respiratorios. Generalmente los efectos secundarios son
más acentuados en el primer tratamiento, siendo más leves en administraciones
posteriores.
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