jueves, 10 de abril de 2014

Tratamiento del cáncer colorrectal

El tratamiento dependerá de la localización del tumor y del estadio en el que se encuentre.
Entre los tratamientos posibles se encuentran la cirugía, la quimioterapia, la terapia biológica y la radioterapia. En función de si el cáncer se encuentra en el colon o en el recto, se empleará un tipo determinado de tratamiento acorde a las necesidades del paciente.

Los tratamientos se agrupan en terapia local y terapia sistémica:
  • La terapia local consiste en extirpar o eliminar el cáncer mediante cirugía o radioterapia. De esta forma se puede controlar el cáncer en áreas determinadas del cuerpo.
  • La terapia sistémica consiste en la administración de fármacos a través del torrente sanguíneo para destruir y controlar el cáncer por todo el organismo. Estas son la quimioterapia y la terapia biológica.
A menudo estos tipos de tratamiento provocan efectos secundarios que se podrán ir controlando a medida que vayan surgiendo, ya que aunque existen una serie de efectos secundarios comunes, estos también dependerán del tipo y de la extensión del tratamiento, haciendo que sean diferentes entre una persona u otra. Por esta razón se deberá informar al paciente antes de iniciar el tratamiento, de los posibles efectos secundarios que puedan surgir, así como de las medidas para ayudar a manejarlos.


Intervención quirúrgica
Es el tratamiento más común para tratar el cáncer colorrectal. Mediante la cirugía se extirpa una parte del colon o del recto, volviendo a unir las partes sanas. En el caso de que sea imposible volver a unirlas se procede a realizar una apertura para que salga el material fecal al exterior (estoma). Por lo general, esta medida suele ser temporal en la mayoría de los pacientes, salvo en aquellos con un tumor en la parte inferior del recto, en los que el estoma suele establecerse de forma permanente. La cirugía puede ser por:
  • Colonoscopia. El tumor se extirpa utilizando un colonoscopio. Es método útil para eliminar tumores pequeños.
  • Laparoscopia. Se realizan tres o cuatro incisiones en el abdomen por los que se introduce un laparoscopio con el que ver y extirpar el tumor o parte del colon. Esta técnica permite a su vez extirpar ganglios linfáticos cercanos y la exploración exterior del colon.
  • Cirugía abierta. Se diferencia de la laparoscopia, en que solo se realiza una incisión de gran tamaño para visualizar el colon sin necesidad de ningún aparato (laparoscopio).
Imagen 1. Resección del colon.


Si quiere conocer más sobre la ostomía, puede consultar el siguiente enlace, http://www.boloncol.com/boletin-22/paciente-ostomizado.html, donde encontrará la clasificación, las posibles complicaciones, los dispositivos para el cuidado, los cuidados de la piel e indicaciones sobre la dieta.

Imagen 2 y 3. Colostomía.




Quimioterapia
La quimioterapia consiste en la administración de fármacos anticancerosos en el torrente sanguíneo de modo que pueda afectar a todas las células cancerígenas del cuerpo.
Por lo general, este tipo de medicamentos se administran por vía intravenosa, aunque algunos pueden administrarse por vía oral. Se administran de forma ambulatoria, de modo que el paciente puede permanecer en su casa sin necesidad de ingresar en el hospital. Estos fármacos también presentan efectos secundarios en función del tipo de fármaco y de la dosis, que suelen desaparecer tras finalizar el tratamiento. Estos efectos secundarios se suelen producir debido al daño de células normales, entre las que se encuentran más habitualmente:
  • Células de la sangre. El daño de estas células provoca el aumento de infecciones, alteraciones de coagulación, debilidad y cansancio.
  • Células de las raíces del pelo. Da lugar a la caída del pelo, que aunque vuelve a crecer, es posible que cambie el color y la textura.
  • Células del tracto digestivo. Es la causa de la falta de apetito, náuseas y vómitos, diarrea y llagas en la boca y labios.
Vídeo: Consejos para cuidarte durante la quimioterapia.



Radioterapia
Este tipo de tratamiento consiste en la aplicación de radiaciones ionizantes de alta energía para eliminar las células tumorales.
La radioterapia tiene un papel muy importante en el tratamiento de cáncer de recto, mientras que en el cáncer de colon no suele utilizarse de forma rutinaria, ya que ambos presentan una evolución diferente. El cáncer de recto suele reaparecer en la misma zona de la intervención, mientras que las células del cáncer de colon se suelen diseminar a otros órganos.

En función del momento en el que se administre, la radioterapia presenta una finalidad diferente:
  • Antes de la cirugía: Se realiza para disminuir el tamaño del tumor, reduciendo las probabilidades de que las células puedan diseminarse durante la cirugía.
  • Después de la cirugía: Para eliminar las células cancerígenas que no se hayan eliminado tras la intervención.
La radioterapia puede aplicarse de forma interna o externa:
  • Externa. Se emplea una máquina externa (acelerador lineal). Generalmente, los pacientes acuden al hospital cinco días a la semana para recibir el tratamiento con dos días de descanso. Durante el proceso el paciente suele estar boca abajo y debe permanecer quieto en una camilla. La piel se marca con tinta para ayudar a establecer el punto exacto en el que se va a recibir la radiación. Para reducir los efectos secundarios, la dosis se fracciona en varias sesiones que pueden durar desde 5 días a 6 semanas. No es un tratamiento doloroso.
Imagen 4. Acelerador lineal.

  • Interna. Se realiza mediante radiación por implante o braquiterapia, que consiste en la introducción de material radiactivo dentro de un tubo (endoscopio ancho) que se coloca dentro o cerca del tumor. Se emplea en casos muy específicos. El paciente debe permanecer en el hospital y se retirará el implante antes del alta del paciente.
Vídeo: ¿Qué es la radioterapia?

Vídeo: ¿Qué es la braquiterapia?

Los efectos secundarios se producen en función de la cantidad de radioterapia y de la localización y suelen desaparecer tras terminar el tratamiento. Cuando la radioterapia se administra en el abdomen y la pelvis, se suelen producir náuseas, vómitos, diarrea y de posiciones repentinas en ocasiones con sangre. La piel del área radiada puede enrojecerse, resecarse y hacerse más sensible.
Se recomienda descansar bastante durante el periodo en el que se recibe radioterapia, ya que el tratamiento suele producir mucho cansancio. Aunque también es importante mantener activo tanto como sea posible.


Terapia biológica
En la terapia biológica se introducen anticuerpos monoclonales, que se unen a las células cancerosas interfiriendo en su crecimiento y diseminación. Suelen administrarse junto al tratamiento de quimioterapia. Los efectos secundarios dependerán del tipo de cuerpo monoclonal empleado. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran sarpullido, fiebre, dolor abdominal, vómitos, diarrea, cambios en la presión arterial, sangrado y problemas respiratorios. Generalmente los efectos secundarios son más acentuados en el primer tratamiento, siendo más leves en administraciones posteriores.

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